¿Quieres ser amigo íntimo de Dios? Ésta es la Clave…
“Mas tú, cuando ores, entra en tu
aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en
público” (Mateo 6:6).
La voz de Dios es oída por aquellos que se encuentran con Él en el lugar
secreto de oración. Dios es muy cuidadoso con quién habla. Sólo lo hace con
aquellos que aprecian tanto Su voz, que se encierran y dejan todo el mundo
afuera, para estar con Él y esperar en Él.
Dios nos dice: “Si quieres oír Mi
voz, enciérrate en el lugar secreto de oración. Ora a Mí en lo secreto y Yo te
recompensaré”. La rutina, deseos indebidos, codicias
y ansiedades ahogan la voz de Dios. Jesús nos dejó una advertencia acerca de
llegar a estar demasiado ocupados para detenernos y escuchar Su voz.
En la parábola del sembrador, “la Palabra” es Su voz: “Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen
la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las
codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Marcos 4:18-19).
Quizás algunos de nosotros hemos estado ahogando la voz de Dios.
Alguna vez, Dios te habló claramente y fue de sumo gozo. Todavía amas a Dios,
pero tienes cada vez menos tiempo para Él. Tus ocupaciones, ahora te llaman;
¡tus riquezas, tus preocupaciones, tus problemas y todas las otras cosas que
consumen tu tiempo! Ahora la voz de Dios se ha opacado. Él te está llamando, te
está pidiendo, te está amonestando: “Si continúas así, ¡terminarás ahogando
totalmente Su voz en ti!”
Éstos son los que fueron sembrados en
buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a
sesenta, y a ciento por uno” (Marcos 4:20).
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