Testimonio de Sanidad de Cancer Estomacal : A un Paso de la Muerte
Fernando Murga estuvo a un paso de la muerte a
consecuencia de un fulminante cáncer estomacal.
Fernando: Había mucho temor, hubo una confusión, se
cruzó todo totalmente, se terminó todo cuando a uno le dan una noticia así…
El calvario para Fernando inició cuando comenzó
a experimentar molestias que nunca relacionó con algo tan grave.
Fernando: Agruras, acidez y malestar que no dejaba
dormir. Supuse que ya era alguna cuestión normal quizás exceso de algún
alimento, algún condimento.
Los achaques cada vez eran más fuertes y continuos,
lo que le llevó a consultar con un especialista y a someterse a varios
análisis.
Fernando: Entonces el doctor me dice que en algún
alimento contaminado que venia en algún lugar que pudo haber procesado con las
manos no limpias.
Al no haber mejoría, Fernando fue sometido a
pruebas más complejas.
Fernando: Lo preparan a uno y le meten esa cámara a
través de la boca y hacen el examen y a uno lo duermen, pero cuando yo ya
reaccione mas, oí que el estaba diciéndole a mi esposa que estaba preocupado
por lo que había visto.
Después de las evaluaciones médicas, Fernando
recibió la peor noticia de su vida.
Fernando: Al día siguiente él me estaba llamando
porque habían hecho ya las pruebas de patología y pues habían encontrado
células cancerígenas, el cáncer que se estaba desarrollando ya a nivel del
estómago.
La noticia sonó más a una sentencia de muerte para
Fernando, quien no entendía porqué había llegado esta prueba a su vida.
Fernando: Lo primero que uno piensa es en la
muerte, como él lo estaba pintando y como él lo estaba diciendo, el mundo se
cayó, yo empecé, me puse mal de los nervios, un choque, una noticia así de
repente me puse mal.
A juicio de los médicos que lo atendieron, Fernando
sólo le quedaban seis meses de vida y una remota posibilidad.
Fernando: Aquí hay una solución, estamos a tiempo
porque hay que operarte. Y yo dije me van a cortar solo la parte, no, me dijo,
es todo el estomago. ¿Todo el estomago doctor?, sí, te vamos a cortar desde donde
termina el esófago y donde comienza el intestino delgado, hasta cierta medida
entonces no vas a tener estomago y vas a pasar tres, o cuatro meses en el
hospital y ya nunca vas a poder comer nada sólido sino que todos los días
tienen que inyectarte en la vena una vitamina y tomar líquidos.
En su angustia, Fernando decidió viajar de El
Salvador hacia Guatemala, donde lejos de encontrar un mejor diagnóstico se
enteró que su enfermedad avanzaba rápidamente.
Fernando: Mi esposa estaba llorando al lado mío y
me dice: “hijo dice el doctor que estás peor. Dice el doctor que te ha
aparecido otro al lado”… entonces ya eran dos que habían aparecido en términos
de días, iba rapidísimo, ya no aguantaba el dolor.
La familia de Fernando decidió escuchar una tercera
opinión médica en Estados Unidos, sin embargo, está vez antes de partir,
buscaron una ayuda diferente.
Fernando: Hicieron una bendición para mi vida, mi
persona, y yo dije que iba hacia allá no confiando en la tecnología de los
Estados Unidos sino que confiando en el poder del Dios que sacó al pueblo de
Israel de Egipto.
Para entonces, el dolor y el sangrado en su
estómago eran incontenibles y solo reforzaban el fatídico diagnostico. Fue en
estos duros momentos que Fernando decidió dejar de depender de los médicos y
buscar el poder sanador de Dios.
Fernando: Pasaba yo noches enteras orando, cuando
sentía ya había amanecido y como a finales del segundo mes, luego yo comencé,
mi fe fue aumentando tanto que yo me veía en el espejo o la gente me veía y yo
sentía los dolores y todo, pero yo confesaba que El Eterno me iba a sanar, yo
se que El Eterno me va a sanar, esa era mi confesión todos los días.
Aunque su cuerpo se deterioraba día a día, la
fortaleza de Fernando nunca menguó. En ese momento, Dios le mostró su misericordia.
Fernando: Yo le dije al Eterno “Señor, te pido que
me des la vida por tres cosas quiero ver a mis hijos crecer, quiero conocer a
mis nietos, y quiero ir a Israel. Si tu me sanas si tu haces esa obra yo voy a
dar el testimonio a quien tenga enfrente y quien me invite a darlo yo lo voy a
dar si tu haces ese milagro en mi vida”.
La respuesta no se hizo esperar.
Fernando: Ese día yo estaba completamente dormido y
en un instante audible yo oí la voz, yo estaba en lo oscuro, me asuste porque
dijo: “Con amor eterno te he amado” y esa fue la respuesta que Dios me dio:
“con amor eterno te he amado…”
A pocos días de realizarse la operación en la cual
le iban a cortar su estómago, Fernando experimentó una mejoría que solo podría
calificarse como milagrosa.
Fernando: Yo sentí hambre, sentí aquello
calientito, pero que se siente rico del hambre, no de malestar; y yo pedí de
comer no me daban muchas cosas porque estaba prohibido y bueno repollo pedí y
me lo comí y no me hizo daño y le pusimos hasta limón y yo sentí rico probar el
limón y todo eso no me hizo daño…
Antes de someterlo a la cirugía, los especialistas
decidieron hacer nuevamente los análisis para determinar el avance del tumor,
lo que encontraron fue un milagro.
Fernando: Yo empecé a sentir no aflicción por lo
que me estaba diciendo, no me preocupé, sino que empecé a sentir como una
alegría, de mi yo sentía que una cosquillita venia adentro de mi que me decía
algo me va a decir pero yo con una gran fe, me dice hemos revisado tu estomago,
hemos metido la cámara, hemos hecho todo y tu estomago esta nuevo.
Dios cumplió la promesa en la vida de Fernando
Murga, quien en ningún momento abandonó su fe y nunca dejó de declarar la
sanidad que Dios ya le había prometido.
Fernando: Yo me acuerdo que en el vestidor yo
lloraba, gritaba cantaba, no hallaba que hacer, me puse los zapatos hasta al
revés de la alegría y al fin que salimos y nos fuimos y había una gran
felicidad. Entonces la cosa fue que cuando regresamos la fecha que dijeron que
iban a entregar la biopsia había salido negativa, no había cáncer, no había
nada.
Fernando es un testimonio indiscutible de que la fe
en Dios puede mover montañas, que la fe restaura vidas, que la fe derrota las
enfermedades.
Fernando: En los primeros días yo me consideraba
que no iba alcanzar una misericordia tan grande, pero después mi fe aumentó
tanto que no tuve duda ninguna, sino que confiaba plenamente en Él, confiaba
plenamente en Él.
El milagro en la vida de Fernando fue tan grande,
como el tamaño de su fe.
Fernando: Bueno muchas veces el médico está
diciendo lo que Dios le ha dado la capacidad de estudiar, de revisar, analizar
y concluir, pero la última palabra la tiene Dios, la última palabra la tiene Él
y depende también de nuestra fe.
Fernando entendió que Dios había obrado en su vida
para que su testimonio sirviera a otras personas, que como él, atraviesan
momentos cruciales.
Fernando: Con esa fe como la de un niño estas
personas que quizá en este momento esta viendo este programa, si se acerca con
fe ante El Eterno, ante el Dios, que a sido, es y siempre será, va a ver un
milagro en su vida, va haber un milagro.
Fuente: Vidaduratv.com
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